sábado, 20 de octubre de 2012

Lección de Vida

Seguramente muchas veces hemos leído o escuchado que las cosas pasan por algo, que hay señales, que es cosa del destino, la causalidad o casualidad, pero cuando te pasa a ti, está cañón.

Durante las ultimas semanas he experimentado una serie de señales que me han hecho darme cuenta de graves errores que venia cometiendo y que en mi (bien conocida y reconocida) necedad no quería aceptar.

Debo aceptar que nunca estuve segura al 100% de muchas cosas, y es mas, lo único que debía tener por cierto es que nada es seguro, pero cuando de repente todo detona en la salud, ah canijo! de verdad, da miedo.

Es por demás decir que en mi corto historial de enfermedades siempre he sido muy "chiqueona", a veces hasta un poco exagerada, con tal de que me apapachen y me cuiden como si fuera una "pobrecilla e indefensa criatura". Pero ésta vez, he de reconocer que si me asusté.

No ahondaré en detalles, solo puedo decir que lo que he pasé en esos días lejos de Camilo, de mi casa, de mi cama, pero gracias a Dios, rodeada del amor de mi familia y mis muy discretos amigos no se lo deseo a nadie.

Sé que debo iniciar un nuevo ciclo, que ésto debe de servirme como un punto de quiebre y comenzar de nuevo desde cero, depurando lo que no sirve, lo que hace daño, lo que estorba.

Y si ésto es lo que necesitaba como zarandeada para darme mi ración de "ubicatex" he de decir: entendido y anotado.

Así, que de la forma más atenta, solicito a quien corresponda, a quien controle la Matrix o a quien decida allá arriba que ya me levanten el castigo. En serio, ya me portaré bien!