No hay nada mejor que ser agradecido. Independientemente de lo gratificante que resulta para los demás saber lo importantes que son, disfruto ver la expresión de toda persona a la que aunque sea sólo por dejarme pasar en el elevador, el abrir una puerta, el ayudarme con la compra del super cuando les digo GRACIAS!!
Pero, hoy sólo me ocuparé de dar las gracias a mis hermanos. Y sólo por el simple hecho de que tuvieron la bendición de tener a Mati.
Desde hace cosa de semana y media la pequeña Alienita ha revolucionado la rutina en casa. No es de sabios imaginar la ola de emociones, de caras locas, de risas, de gritos locos, de bailes, de juegos y de repente alguna lagrimita.
Gracias de todo corazón por confiarnos a lo más importante en sus vidas.
Gracias por dejarnos conocer y disfrutar cada día a Mati.
Gracias por dejarnos ser parte fundamental en su vida.
Gracias por tener fe ciega en que hacemos todo y de todo para que la pequeña esté contenta y bien cuidada.
Gracias Mati por despertar cada mañana con esa hermosa sonrisa, con esa carita que no provoca más que querer besarla todo el día y consentirla aún mucho más. Por ser una bebita muy obediente y muy bien educada. Por ser el punto de unión de la familia y lo más querido para todos. Por enseñarme nuevas palabras. Por no desesperarte (tanto) cuando no entiendo nada de lo que platicas, pero es que caray, hablas tan bonito que lo que digas es lo de menos.
Sé que nos vas a extrañar, pero es hora de que vuelvas a casa con Mamá, Papá y Minga para que cuando se pueda, regreses a ésta casa (tu otra casa) y juntos armemos más pijamadas.
Te extraño desde ya, pero tengo muy claro que pronto volverás para seguir dándole lata a Camilo, a revolver las fotos y a ayudarme a hacer todas mis locuras para adornar la casa y que te diviertas.
Hoy mi niña va de vuelta con mis hermanos, pero de antemano les advierto: pronto regresará a ésta casa para seguir creciendo juntas.
¡Te amo bebita!
