Desde que tuve la fortuna de poder pertenecer a una estudiantina, recuerdo que la noche colonial más esperada, la mejor, a la que de cualquier forma había que ir, era la Noche Colonial de la Universidad La Salle.
Todas mis amigas y yo en esa época estábamos "total completa y absolutamente enamoradas" de alguno de los Tunos, del cual, quizá, ni su nombre supimos nunca y en dado caso de que llegáramos a platicar con él, bueno, el mundo en ése momento se detenía y la emoción nos duraba hasta el próximo año.
Creo que en las casas de todas era más que evidente el cambio de actitud que demostrábamos apenas anunciaban la fecha en la cual sería la Noche Colonial. Instantáneamente eramos más obedientes, estudiosas y bien portadas. Todo con tal de que no hubiera un pretexto para no dejarnos ir. Ya cuando llegaba el gran día, era como una pasarela. La sensación que vivíamos al momento de llegar era maravillosa, pasear por todos lados, luciendo la capa, los listones (que significan la experiencia dentro de una estudiantina), los botones, peinadas como para ir de fiesta y ya cuando eramos más grandes hasta maquilladas hasta el hecho de que a las que nunca nos ha gustado usar zapatos de tacón, los usábamos para vernos mejor.
Cuando mi mamá nos cambió de escuela a mi hermana y a mi y nos inscribió en la Universidad Motolinía nunca pensé que se lo iba a agradecer de por vida. Han pasado años y hoy tengo la fortuna de decir que de mis amigos más cercanos y queridos son ex-tunos de La Salle.
El sábado pasado fue la Noche Colonial de la Universidad La Salle. Al ser el 50 aniversario de la escuela, han hecho una serie de festejos y dentro de ellos está el evento del sábado 10 de marzo. Hasta aquí, puedo decir que llegué a pensar que se trataría de una noche colonial más y que era el mejor pretexto para ver a los amigos que no veo tan seguido, pero que en cuanto nos topáramos nos daríamos un gran abrazo lleno de cariño y nostalgia por los años pasados.
Al ser esta Noche Colonial parte del festejo de La Salle, se organizó un "Escenario Retro" y es ahí en donde comienza una gran aventura ya que convocaron a las Ex-Alumnas de la Universidad Motolinía, Ex-Encuentro, la Vieja Guardia y muchas estudiantinas más.
Todas estábamos vueltas locas entre la ilusión de vernos, volver a cantar juntas, escuchar los regaños de Chucho, recordar la letra de las canciones, fue sin lugar a dudas uno de los hechos más lindos que he tenido en la vida. Ponernos de acuerdo en las canciones, en el vestuario, tuve la fortuna de conocer a muchas chicas de generaciones diferentes a la mía, mandar a hacer una playera especial y al final hasta pulsera tenemos. El volver a portar la greca maravillosa de la Estudiantina de la Universidad Motolinía, no tengo duda alguna, ha sido de las mejores cosas que me han pasado.
Sólo puedo decir (una vez más) GRACIAS MAMÁ por habernos cambiado de escuela y de que haya sido al Motolinía.
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